El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la tasa de inflación en México durante el mes de mayo fue del 5.84%, inferior al 7.65% registrado en el mismo mes del año anterior. A primera vista, esto podría parecer un indicador positivo de reducción de precios; sin embargo, especialistas advierten que no es el caso. A pesar de la disminución en la tasa de inflación, los precios seguirán altos e incluso tenderán a subir. La inflación a la baja simplemente significa que los precios están aumentando a un ritmo menor en comparación con el año anterior. Por ejemplo, si comparamos la tasa de inflación de mayo de este año (5.84%) con la del año pasado (7.65%), no significa que los precios hayan bajado un 5.84% en mayo de este año, sino que han subido menos en comparación con el año anterior. Esta situación refleja un fenómeno que ocurre desde hace décadas, donde los precios no regresan al punto de partida después de un aumento inflacionario. Aunque la inflación está disminuyendo, es necesario tener en cuenta que los precios seguirán en aumento, aunque a un ritmo más lento. La recuperación del poder adquisitivo frente a la inflación es una tarea generacional que requerirá estrategias a largo plazo. Aunque factores externos han influido en la inflación, controlarla y revertirla ha llevado tiempo. Los precios difícilmente volverán a niveles previos a menos que ocurra un fenómeno de deflación, que es una reducción generalizada de los precios en la economía. Sin embargo, la deflación es difícil de controlar y puede tener efectos negativos en la estructura económica. En resumen, es necesario acostumbrarse a los precios actuales e incluso esperar que suban más en el futuro. Volver a los niveles de precios anteriores será poco probable en el corto plazo, y si ocurre, puede ser indicativo de problemas más graves en la economía. Fuente: Alto Nivel
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